El Universal

“Discrepemos, debatamos con toda la energía, pero siempre desde el respeto hacia el otro, evitando caer en la

MIGUEL CARBONELL

El sábado 18 de marzo se vio una imagen atroz en la plaza central (el Zócalo) de la capital de la República: unos energúmenos quemaron una efigie de la ministra presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández. Se trata de un hecho insólito porque manifiesta la cosecha de quienes han sembrado el odio y la división entre los mexicanos, quienes han manipulado a la opinión pública para intentar hacernos creer que hay buenos y malos, 100% honestos de un lado y 100% corruptos del otro. Lo que vimos es una de las expresiones más clásicas del populismo y también de una de las más dañinas.

Quemar en una plaza pública la efigie de una persona nos remonta al tiempo de las dictaduras, de la persecución ideológica, del autoritarismo, de las amenazas hacia quienes no se doblegan frente a los poderes del gobierno. Es impropio de una democracia.

La quema simbólica de la ministra Piña y los gritos pidiendo su renuncia constituyen lenguaje de odio. La propia Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que el lenguaje de odio no está protegido por la libertad de expresión reconocida por el artículo 6 de la Constitución mexicana y 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Resulta extraño que desde el entorno presidencial que alienta las expresiones de odio contra la ministra Piña en las redes sociales (han aparecido miles de tuits con mensajes que incluso amenazan a su integridad física o su vida), no se entienda lo más elemental: respecto a las decisiones que toman los jueces se puede discrepar. Hay algunas que nos parecerán atinadas y otras menos, pero eso no justifica que se insulte y se agreda a quienes las dictan. Si no estamos de acuerdo con lo que resuelve en cualquier juzgado del país, tenemos la posibilidad de presentar un recurso para que la decisión sea revisada y, eventualmente, revocada si carece de fundamento jurídico.

No es casual que se esté atacando justamente ahora a la Presidenta de la Corte. Ya llegaron hasta la mesa de la Suprema Corte las impugnaciones al llamado “Plan B” de reforma electoral, tan anhelado por el partido del Presidente de la República. Los ataques contra la ministra Piña se inscriben en ese contexto de disputa política, lo cual redobla su carácter inaceptable.

Discrepemos, discutamos, debatamos con toda la energía que el tema amerite, pero siempre desde el respeto hacia el otro, evitando caer en la tentación del odio, que tanto daño ha hecho a lo largo de la historia. •

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2023-03-21T07:00:00.0000000Z

2023-03-21T07:00:00.0000000Z

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