El Universal

En el INE: trabajadores de Estado no de partidos

Académico de la UdeG

Existen muchas razones por las cuales podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con la reforma que el Presidente quiere hacer al Instituto Nacional Electoral (INE), pero existe una en la cual deberíamos lograr un consenso en su defensa y que debería preocuparnos a todos: la permanencia del Servicio Profesional Electoral Nacional.

En general, todas y cada una de las instituciones deberían adoptar un sistema para garantizar que los servicios públicos sean encabezados por personas con alta calidad humana y probada formación, capaces de rendir cuentas respecto a la integridad y la efectividad de las funciones que realizan.

En lo que respecta al servicio profesional de carrera con el que cuenta el INE, este se encuentra regido a nivel constitucional como un sistema garante de la profesionalización obligatoria de todas las y los funcionarios que conforman el instituto, así como de las personas que conforman los organismos electorales estatales.

A Andrés Manuel López Obrador le incomoda el Servicio Profesional Electoral Nacional, porque está acostumbrado a regirse por la “lealtad ciega” al proyecto de transformación por encima de la integridad y la experiencia. Criterio que, como ya lo he dicho, seguirán defendiendo las personas más cercanas al Presidente, pues siempre habrá la mezquindad de aquellos y aquellas que quieran seguir encabezando instituciones o apoyar personas en puestos públicos sin tener los conocimientos ni la capacidad para ello.

La razón de acabar con el Servicio Profesional Electoral Nacional —principal condición para garantizar la imparcialidad y autonomía del INE— es obtener la capacidad de contar con funcionarios defensores del partido Morena y leales a él, que perpetúen a la autodenominada cuarta transformación. Dejando de lado a personas profesionales que sí rindan cuentas al Estado Mexicano, con probada calidad humana y técnica. Por tanto, la defensa del INE y su servicio de carrera no es cosa menor, sin ella volveremos a las elecciones sin vigilancia ni controles efectivos, a la ya conocida dictadura perfecta en la que de vez en cuando acudiremos a las urnas para jugar a la democracia. •

OPINIÓN

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2022-12-07T08:00:00.0000000Z

2022-12-07T08:00:00.0000000Z

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