El Universal

,, “El Chato Montes de Oca

FIGURA DE LA LENTE

Manuel “El Chato” Montes de Oca fue otro reportero gráfico que desde las páginas de esta casa editorial dedicó su vida a retratar la realidad de un México posrevolucionario.

En 1922 se unió a las filas del recientemente fundado El Universal Gráfico, donde permaneció hasta 1960: “Toda su vida periodística, y su casa, fue EL UNIVERSAL”, relata su hija Clementina Montes de Oca, quien se dio a la tarea de publicar un libro sobre su padre.

En Escándalo. Manuel “Chato” Montes de Oca, fotógrafo diarista 1905-1980. Memorias de familia (Ediciones Mitocornio clandestino, 2021), la autora habla del Chato como el periodista apasionado que fue, pero también como el hombre de familia que les dio grandes aprendizajes a sus hijos.

Este libro de memorias tuvo su origen en 2004, cuando a Clementina le surgió la inquietud de hacer algo significativo con el legado fotográfico de su padre, compuesto no sólo de imágenes, sino de objetos que fueron premios a su trabajo, como la cámara Speed Graphic que recibió por su emblemática fotografía Escándalo y, por supuesto, las narraciones que contaba a su hijos y que son atesoradas por Clementina, quien una buena tarde se decidió a llevar las fotos a la revista Artes de México, y aunque no aceptaron su maravilloso acervo, le recomendaron ir al Centro de la Imagen, donde conoció a Alfonso Morales Carrillo, director de la revista Luna Córnea: “Le dije que era hija del Chatito Montes de Oca, y me respondió: ‘Conozco la obra de tu padre’. Le mostré las fotos y se fascinó. Después de eso vino una exposición fotográfica en San Ildefonso, entonces Alfonso me llamó y me dijo: ‘Te lo suplico: préstanos la foto —Escándalo— para poderla presentar’, y la publicaron. Es una foto que te atrae. Es un momento tan trágico y sin embargo es una foto muy bella, tan bien lograda que es impactante”.

Después de ese evento, Morales Carrillo ayudó a Clementina a hacer un rescate de la obra del Chato: “Nos reunimos aquí en casa con los excolegas de mi padre, Ángel Marín, Jesús Fonseca y Daniel Soto, quienes nos ayudaron a identificar a los personajes que aparecían en el archivo, y así empezó a gestarse este libro, además siempre tuve en la mente las anécdotas sobre mi padre, y cada vez que podía las escribía. Le dije a mi hermano Luis lo que estaba tratando de hacer, y me dijo: ‘Ponte cuadernos en toda la casa para anotar lo que te acuerdes y después lo desarrollas”. Así empecé. Hice primero un libro que resultó ser Escándalo, y aparte estaba el rescate que era de la familia, de lo que me tocó vivir con mis hermanos, con mis papás, pero después decidimos que eran dos libros, que no podíamos mezclar las dos cosas, así que hicimos dos partes: una dedicada sólo a su trabajo y otra sólo para la familia, que sería el testimonio de una familia de clase media que tuvo muchas cosas importantes que rescatar de la vida, como un don que mi padre nos legó, pues él era como un astro solar, y todos girábamos a su alrededor”.

Manuel Chato Montes de Oca nació en la Ciudad de México el 7 de febrero de 1905. Vivió con su familia en la calle de Regina, en el centro histórico. Su padre era un mesero que atendía en el restaurante Le Rendez Vous, al cual acudía la élite social porfiriana; su madre se encargaba de darles una educación esmerada. Con el inicio de la Revolución, el Chato y sus hermanos se vieron sacados de su tranquilidad para entrar de lleno en la madurez que conlleva una situación bélica, padeciendo hambre y alimentándose gracias a los camiones-cisterna que repartían comida, en tanto que su madre, de quien Clementina heredó el nombre, caminaba por las calles buscando entre los cadáveres el de su esposo, a quien temía encontrar muerto cada vez que éste salía a buscar comida para su familia. Fue gracias a la fortaleza de esta mujer que el Chato y sus hermanos lograron sobrellevar los tiempos revolucionarios.

A pesar del caos revolucionario, sucedió el milagro: como el mismo testimonio del Chato lo indica en Escándalo, su afición por la fotografía se formó durante la escuela primaria. Cuando su padre, abuelo de Clementina, detectó esta afición, le compró una cámara, que ayudó al Chato a fotografiar clavadistas en la alberca Pane. Posteriormente, a los 13 años, colaboró en el laboratorio American Photo, y tres años más tarde, inició como ayudante de Rafael Sosa en la revista Zig-Zag. Poco después, participó en Excélsior y El demócrata, pero fue en 1922 cuando se unió a El Universal Gráfico.

En el prólogo de Escándalo, el periodista Ángel Marín describe la realidad capturada por el Chato: “Sucesos tan tremendos y tan tristemente absurdos que resultan extraordinarios, no son sino reflejos de la vida cotidiana de un pueblo en marcha y al ser retenidas para la eternidad, fugitivas imágenes se convierten en documentos vividos que yacen al paso de los tiempos como acciones sucedidas en México y que tuvieron que haber sido trascendentales porque figuraron en las primeras planas de los periódicos”. •

Sofía Maravilla. Periodista cultural; Twitter: @Cristosangrante

Retratista del México que surgió tras la Revolución.

ANIVERSARIO

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2022-10-01T07:00:00.0000000Z

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