El Universal

El INEE: 20 años de su nacimiento y 4 de su muerte

EDUARDO BACKHOFF Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa @EduardoBackhoff

El 8 de agosto de 2022 estaríamos celebrando los veinte años de vida del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); institución que se creó por la necesidad de contar con información válida y confiable sobre los distintos componentes del Sistema Educativo Mexicano (SEM). La idea de crear este instituto en México no fue original ya que, desde varias décadas atrás, existían instituciones similares de mucho prestigio en otros países desarrollados, como son los casos de: NAEP, de los Estados Unidos, creado en 1969; CITO, de Holanda, creado en 1968 y ACER, de Australia, creado desde 1930. Como éstas, existen otras instituciones en diferentes países, cuya función es generar evidencias para que las naciones puedan mejorar la calidad de sus servicios educativos y, con ello, los resultados de aprendizaje que logran sus estudiantes.

Desgraciadamente, el INEE no pudo alcanzar la adultez, pues el Estado mexicano, siguiendo las órdenes de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cometió un parricidio cuando apenas el instituto había cumplido 16 años. La desaparición del INEE obedeció, por un lado, al desconocimiento sobre el valor que representaba para mejorar los servicios educativos, por las falsas suposiciones de las atribuciones e intenciones del Instituto, así como por la falta de voluntad de AMLO de contar con instituciones autónomas que estén fuera de su órbita de poder y pudieran generar información contraria a la visión que tiene sobre la realidad mexicana.

Para fortuna de quienes pensamos que la creación del INEE fue un acierto, la institución dejó un legado importante sobre el SEM: cerca de 450 informes que se publicaron en sus 16 años de vida, lo que equivale a publicar un informe cada diez días de manera ininterrumpida.

Adicionalmente, el INEE coordinó el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, en el que participaban autoridades educativas federales y estatales; capacitó a personal técnico de las entidades federativas en temas de evaluación e investigación educativas; coordinó y participó en diversos estudios internacionales.

Con la Reforma Educativa de 2013, al INEE le dieron atribuciones para coordinarse con el Servicio Profesional Docente (SPD), cuyo eje central era la evaluación del personal con funciones docentes, directivas y de supervisión para el ingreso, promoción y permanencia en el sistema público de educación obligatoria. Al INEE nunca le correspondió evaluar al magisterio, pero sí normar y supervisar esta actividad, cuya responsabilidad recayó en las autoridades educativas federales y locales.

Aunque el INEE fue una institución modelo en muchos aspectos y contribuyó de manera significativa a documentar el estado en que se encontraba la educación, AMLO lo acusó injustamente —basándose en críticas de la CNTE— de ser responsable de la evaluación docente, que “tenía una intención punitiva y privatizadora”. Por conveniencia, las autoridades educativas callaron y fueron omisas ante esta acusación, que se dio por buena sin ser verificada. Al INEE se le juzgó públicamente como en tiempos de la inquisición: sin posibilidad de defenderse y con un veredicto previamente tomado.

Sin el INEE, México retrocede educativamente varias décadas, igualándose a los países más subdesarrollados o autoritarios que por falta de recursos, ignorancia o posturas ideológicas retrógradas evaden la responsabilidad de generar información para tomar decisiones y rendir cuentas a la sociedad. En medio de una pandemia que no cede, el país navega sin brújula en un contexto educativo muy complicado y con un capitán (Delfina) que ya se bajó del barco. •

OPINIÓN

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2022-08-08T07:00:00.0000000Z

2022-08-08T07:00:00.0000000Z

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