Democracia “a modo”

• Mundialmente, cerca de 21% de candidatos perdedores en elecciones presidenciales rechaza públicamente los resultados. Los pasados comicios de Perú dejan en claro que su relevancia no se reduce a dicho rechazo, sino a las razones y consecuencias detrás de este.

La retórica utilizada por Keiko Fujimori sobre un fraude electoral infundado se encuentra plagada de un clasismo y racismo que ha apelado convincentemente a las élites, quienes han preferido optar por un autoritarismo antidemocrático antes que acatar las reglas del juego que no les favorecieron. Este artificio basado en el miedo y dirigido a anular particularmente la voluntad de las personas en las zonas más pobres del país es un irresponsable intento de menoscabar el Estado de derecho en un momento crítico.

El ideario de Pedro Castillo llega a marcar un hito radical que no estará exento de contrapesos, con una importante presencia de la centro-derecha en el Congreso, límites constitucionales y presión social. La única certeza es un fuerte reto de gobernabilidad, en el vaivén de un frágil andamiaje institucional frente al latente uso del juicio político, la tentación autócrata y el impulso militar.